Ingredientes (para unas 24 galletas medianas):
100 gr mantequilla a temperatura ambiente
100 gr azúcar blanco
medio huevo batido
40 gr de cacao en polvo (yo uso Valor)
160 gr de harina
2 cucharadas de zumo de naranja
Elaboración:
-En un bol ponemos el azúcar y la mantequilla a temperatura ambiente. Si se nos ha olvidado sacar las mantequilla con tiempo se puede cortar en trocitos y meter unos segundos al microondas, pero es muy importante que no se derrita.
-Batimos con la batidora de varillas.
-Agregamos el medio huevo y dos cucharadas de zumo de naranja.
-En otro bol, mezclamos la harina y el cacao en polvo con unas varillas o un tenedor.
-Añadimos la mezcla de harina y cacao al primer bol.
-Usamos las manos para integrarlo todo y amasarlo muy bien hasta obtener una masa homogénea y que se desprende de los dedos. Si vemos que sigue algo pegajosa y difícil de manipular, añadimos un poquito más de harina.
-Una vez tenemos una bola de masa moldeable en las manos, la dividimos en dos y envolvemos cada trozo en film transparente.
-Dejamos enfriar las porciones de masa en la nevera al menos una hora. Este paso es esencial, ¡no tengáis prisa!
-Precalentamos el horno a 180ºC.
-Sobre una bandeja cubierta con papel de horno (vegetal), un tapiz de silicona o bien una encimera muy, muy limpia, usamos un rodillo para extender la masa. Es buena idea espolvorear harina por encima para que la masa no se pegue al rodillo; no os preocupéis que luego lo blanco no se notará.
-Con el cortapastas que queramos (yo usé círculos pero hay miles) cortamos las galletas y las vamos colocando en una bandeja de horno cubierta con papel vegetal, dejando un centímetro de separación entre ellas como mínimo.
-Metemos las galletas en el horno unos 8 minutos, aunque esto dependerá de vuestro horno. Si bien es fácil ver cuando están hechas las galletas blanquitas, con éstas es un poco más difícil porque son marrones. Usad el sentido común, pero entre 7 y 9 minutos deberían estar.
-Sacamos las galletas y las dejamos enfriar en su bandeja un poco para que endurezcan. Luego las traspasamos a una rejilla para que enfríen bien.
-Es recomendable esperar a que estén completamente frías para decorarlas.
Antes hacía dos tipos de glasa, la de delinear (muy gruesa) y la de relleno (muy líquida). Ahora sinceramente suelo usar la "glasa para todo" o glasa de 15 segundos.
Mis (segundas) galletas de Halloween de este año
Glasa real para todo
-Claras de huevo pasteurizadas (Mercadona tiene botecitos).
-Azúcar glass a mansalva (comprad al menos tres botes si son pequeños).
-Botecitos para decorar o mangas pasteleras con boquillas redondas pequeñas (wilton 2, 3 o 4, dependiendo del grado de detalle que queráis conseguir).
-En un bol hondo ponemos el equivalente a 2 claras de huevo (los botes tienen marcas para orientarnos) y empezamos a añadir azúcar y batir. Seguimos añadiendo y batiendo y despegando la glasa de los bordes del bol con una espátula de silicona. La consistencia que queremos se llama de 15 segundos porque eso es lo que tardará una muesca hecha en la glasa con un cuchillo en cerrarse por completo. Es una consistencia más gruesa que la cola líquida, y más fina que la pasta de dientes. Tened en cuenta que una línea pintada sobre una superficie con esta glasa tiene que quedarse en su sitio y no desparramarse.
-Si queréis glasa de colores, añadid gotas del colorante elegido a la glasa o una parte de la misma. Yo uso siempre colorantes concentrados de Americolors, son maravillosos y no saben a nada.
-Verter la masa en el botecito para decorar o la manga pastelera y ¡a decorar! En la web hay muchos tutoriales con instrucciones para que la decoración os quede perfecta. Practice makes perfect!
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